El bosque gallego típico está formado por especies caducifolias, como el roble carvallo y el castaño, cuyas formaciones se han visto muy reducidas en los últimos años por la acción humana. Es por ello que el paisaje boscoso gallego está hoy formado sobre todo por pinares —introducidos hace poco más de un siglo— y, desde hace unos años, por bosques de eucaliptos, que en algunas zonas desplazan a los anteriores. Recientemente la plantación de eucaliptos ha sido criticada en medios ecologistas por las alteraciones ambientales que pueda suponer para las especies vegetales y faunísticas autóctonas, así como por la posible degradación de los suelos.
En cuanto a la vegetación no arbórea, la formación vegetal más extensa está constituida por la landa atlántica, compuesta fundamentalmente por matorrales, como el tojo, el brezo, la retama y la carquexia.
La fauna autóctona está constituida por la garduña, la ardilla, el zorro y el lobo. A estas especies hay que sumar la excepcional variedad de peces, crustáceos y mariscos tan abundantes en las aguas de sus largas y recortadas costas.
Galicia fue famosa en la antigüedad por sus minas de oro, agotadas ya en tiempos de los romanos.
Actualmente también se realizan actividades mineras y se extrae estaño, cobre, wolframio, lignito, plomo, cinc, hierro y magnesita. Cabe destacar recientemente la extracción de cuarzo y la transformación de granito y pizarra. A pesar de esta variedad, los rendimientos de las explotaciones mineras son pobres, debido a que el mineral aparece mezclado con otros materiales y ello dificulta tanto la extracción como el refinado posterior. Galicia, como se ha mencionado con anterioridad, cuenta con una notable superficie forestal, lo que permite una amplia explotación maderera con fines múltiples, como materia prima (principalmente para la producción de aglomerados, tableros y muebles) o celulosa (destinada a conseguir pasta de papel) Galicia es la primera región pesquera de Europa y aporta más del 50% de la producción pesquera española, con un importante efecto multiplicador en el sector secundario (conservas, alimentos precocinados, cultivos marinos y construcción naval).
La flota de altura se dedica fundamentalmente a la captura de bacalao, merluza y pescadilla. Los puertos principales de este tipo de pesca son los de Vigo y A Coruña. Los recursos costeros se explotan a través de la flota de bajura, repartida a lo largo de todo el litoral. Un subsector excepcional está constituido por las capturas y criaderos de mariscos (vieiras, zamburriñas, ostras, mejillones y berberechos), crustáceos (nécoras, centollos, percebes y cigalas) y de especies como el pulpo y el calamar. No obstante, el sector pesquero atraviesa momentos difíciles debido a la disminución de las zonas de pesca (lo que motiva litigios con otros países a la hora de faenar en sus aguas territoriales), la mengua de algunas especies sobreexplotadas, el envejecimiento de la flota, el pequeño tamaño de las artes pesqueras y la captura de las crías sin dar tiempo suficiente a su reproducción natural. "Andalucía" © Escrito por Emmanuel BUCHOT y Encarta
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